Unos de los mayores retos al que nos enfrentamos en la vida es asimilar la pérdida de una persona querida. Su fallecimiento nos suele causar una gran dolor. A este dolor, reaccionamos de diversas formas ya que cada uno disponemos de mecanismos, vivencias, recursos diferentes/propios para afrontar la situación.
El duelo nos ayuda a aceptar la muerte, a aprender a expresar nuestros sentimientos y a vivir con el recuerdo de una forma sana de aquella persona que nos dejó. Desgraciadamente hoy en día, se oye hablar mucho de duelo (y de no duelo) por la Covid19, por el número tan alto de fallecidos.
¿QUÉ ES EL DUELO?
El duelo es un proceso normal, interno y activo que se produce tras la pérdida de una relación afectiva. Se tiende a ligar el duelo con el fallecimiento de un ser querido pero no siempre es así; también se produce por la pérdida de un trabajo, ruptura de una relación sentimental, un cambio de residencia, etc. La duración es muy variable ya no solo en tiempo (entre 2 meses y 2 años) sino también en como afrontamos esa pérdida (depende de nuestras fortalezas, mecanismos de defensa, estructura cognitiva, etc.). Cada persona elabora el duelo de una forma diferente.
El proceso de duelo, se realiza con cada una de las pérdida que vamos teniendo a lo largo de nuestra vida. La experiencia emocional de enfrentarse a la pérdida, es lo que se conoce como elaboración del duelo, que nos conduce a la necesidad de adaptación a una nueva situación. El duelo es muy personal, singular, individualizado… No hay dos duelos iguales.
En el proceso de duelo suelen aparecer sentimientos de tristeza, decaimiento, soledad, etc.; esto es algo normal. Esos sentimientos prolongados en el tiempo es lo que hace que el duelo se pueda convertir en un problema psicológico; se trata de una herida que necesita tiempo para poder cicatrizar.
La sintomatología que puede surgir al hacer frente al duelo tanto de tipo físico como emocional se puede resumir en:
ETAPAS DEL DUELO:
Kübler-Ross habla de 5 fases o etapas en el proceso de duelo, cada una de ellas con unas características psicológicas bien definidas:
TIPOS DE DUELO
Importante es saber qué es el duelo y las fases que tiene pero también lo es saber como se puede presentar:
COMO TRABAJAR EL DUELO
El duelo es un proceso doloroso que hay que afrontar para poder progresar. Para trabajar el duelo hemos de considerar en qué fase nos encontramos, las vivencias y emociones que estamos experimentado, el tiempo transcurrido, los recursos con las que cada uno contamos. No existe una receta ni una fórmula válida para todos, puesto que el duelo es singular e intransferible. No obstante, algunas actitudes y estrategias psicológicas ayudan a enfrentarnos y superar el duelo. A continuación se señalan algunas opciones que podemos poner en practicas para poder sobrellevar de la mejor manera el duelo:
¿CUÁNDO ES NECESARIA LA INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA PARA SUPERAR UN DUELO?
Tenemos que saber distinguir lo que es un duelo normal de un duelo patológico. En el momento que veamos que no podemos avanzar, es cuando debemos pedir ayudar.
Debemos buscar ayuda cuando:
Si estás pasando por un proceso de duelo y necesitas ayuda para superarlo, no dudes en ponerte en contacto conmigo a través del correo hola@psicologiagm.com me pondré en contacto contigo y trabajaremos juntos para confrontar esta situación. Mi nombre es Gloria, y estaré encantada de ayudarte.
Las personas que acuden a terapia suelen interpretar las recaídas como una vuelta atrás, como un fracaso. Hay que decir que las recaídas forman parte del proceso de recuperación; significa que las recaídas son esperables y entran dentro de lo normal . Es más son una oportunidad para aprender y asentar nuestra evolución. Al fin y al cabo, si hay un retroceso en algún punto del camino es porque antes se produjo un avance y una mejoría. Aun así, esto no evita que surjan emociones tales como el miedo o la ansiedad ante la posibilidad de volver al punto de partida, a volver al lugar que nos generó malestar.
El proceso de terapia nunca es una línea recta, tiene altibajos, avances y retrocesos y cuando esto sucede el paciente suele sentirse vulnerable. Es importante que el paciente entienda en qué consisten las recaídas para que las integre como parte del proceso de aprendizaje. Puntualizar también que cada recaída es distinta y que cada vez se espacian más en el tiempo su duración es más corta y su intensidad más baja.
Las recaídas son una fuente de información. Es importante analizarlas e identificar qué ha ocurrido. Por otro lado, habrá que valorar si estamos ante una recaída normal y puntual o por el contrario si se trata de algo más serio (algún tipo de defensa o de bloqueo, una limitación personal hacia el cambio, etc.).
Muchos pacientes ante una recaída se sienten desmotivados, desilusionados, hasta incluso fracasados y piensan que todo lo que se ha ganado durante el proceso de terapia no ha servido para nada. En realidad no es así; las recaídas son una etapa natural del cambio. Las recaídas nos acercan más a la recuperación total y nos recuerdan que no hay fracaso sino aprendizaje, tal como señalan Prochaska y DiClemente
A los pacientes les explico que el sentimiento de fracaso efectivamente puede aparecer, pero no tiene nada que ver con un fracaso real. En la recaída se han mostrado valientes y han tomado decisiones para hacerla frente. Y esto es muy importante. Ahora el paciente se encuentra con herramientas y mecanismos para hacer frente a aquellas situaciones que le generan malestar, de ahí que no sea un fracaso. Enfrentarse a una recaída te prepara para futuras situaciones difíciles que pueden hacerte tambalear.
La vida es impredecible y a veces trae cosas con las que no contábamos y que pueden llegar a romper con nuestra estabilidad y seguridad. Es normal que ante estas situaciones se activen aquellos mecanismo desadaptativos que en su momento nos ayudaron a sostenernos; sin embargo, al haber sido algo que ya se ha trabajado y que dispones de herramienta para combatirlos es más probable que logren reponerse y salir adelante.
¿En qué nos ayudan las recaídas?
Si asumo que puedo tener alguna recaída, estaré más preparado para afrontarla. Son una oportunidad para aprender a identificar posibles situaciones o factores que nos generen malestar, y así, buscar estrategias a las que recurrir en caso de que las necesitemos.
Las recaídas son una oportunidad para:
Prochaska y Diclemente explican las fases del cambio con el siguiente modelo Transteórico:
Factores que debemos tener en cuenta:
Si necesitas ayuda para manejar una situación de recaída, no dudes en ponerte en contacto conmigo a través del correo hola@psicologiagm.com
Me pondré en contacto contigo y trabajaremos juntos para confrontar esta situación.
Mi nombre es Gloria, y estaré encantada de ayudarte.
© Psicología GM · 2024
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